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viernes, 12 de agosto de 2011

Normalidad creciente.

A veces, en ocasiones, siento miedo por lo que pueda suceder. Se trata de una inquietud que no me deja continuar. Algo que me lleva a no sé qué. Un sentimiento extraño, una cosa que hace que sienta un cosquilleo dentro de mí, que la comida no pase hacia mi estómago. Sentir que puedo dar más de mí, que puedo llegar a ser mucho mejor, que valgo y que por fin soy alguien.

A veces, en ocasiones, deseo huir a un lugar desconocido donde no haya nadie, otras gritaría en lo más profundo de una playa desierta porque nada es entendible. Salir de casa y creer que tengo vida, alegría y que camino feliz. Abrir las ventanas de la habitación tras ver salir el sol y dejar que la brisa de cualquier estación entre sin razón, porque tengo ganas de vivir la vida. Observar desde un punto filosófico y tomándome cada pequeño detalle de cualquier modo, como lo siento.

A veces, en ocasiones, da la sensación que pierdo el norte, que la cabeza está completamente ida y no hay razón, soy así y no hay más que hablar.


A veces, en ocaciones, me doy cuenta que crezco y que esa niña inquieta, miedosa, es consciente de algo, está creciendo y ahí, justo ahí, es cuando digo, esa niña soy yo.

Ana Díaz.
Viernes, 12 de Agosto de 2011.

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