A veces, en ocasiones, deseo huir a un lugar desconocido donde no haya nadie, otras gritaría en lo más profundo de una playa desierta porque nada es entendible. Salir de casa y creer que tengo vida, alegría y que camino feliz. Abrir las ventanas de la habitación tras ver salir el sol y dejar que la brisa de cualquier estación entre sin razón, porque tengo ganas de vivir la vida. Observar desde un punto filosófico y tomándome cada pequeño detalle de cualquier modo, como lo siento.
A veces, en ocasiones, da la sensación que pierdo el norte, que la cabeza está completamente ida y no hay razón, soy así y no hay más que hablar.
A veces, en ocaciones, me doy cuenta que crezco y que esa niña inquieta, miedosa, es consciente de algo, está creciendo y ahí, justo ahí, es cuando digo, esa niña soy yo.
Ana Díaz.
Viernes, 12 de Agosto de 2011.
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