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domingo, 4 de noviembre de 2012

Black.


Negro. Ese es el color más oscuro que existe, signo de la tristeza, el luto, la soledad, la desgana, la desilusión, la depresión y un largo etcétera de estados de estados anímicos que nos hace tener el autoestima por los suelos, bajo tierra, aplastado, destruído, tirado en cualquier lugar aislado donde nadie pasa a recogerlo.

Negro. Ese es el color que en ocasiones se cruza por tu vida, da contigo, y se posa sin más por un tiempo. No deja que lo borre nada, se sienta y permanece ahí creyendo que nadie le echará. Tapa todo tono alegre y te deja sin vida, sin nada.

Negro. Ese es el color más egoísta. Solo piensa en llevarte con él.

Negro. Ese es el color más fácil de ver, creer y asimilar. El que te hace caer en picado más rápidamente, desde una cumbre hasta el subsuelo, con un golpe sin protección y sin pedir cita previa, te lanza, no te pregunta.

Negro. Ese es el que llama a mi puerta cuando se le antoja. El que me quita todo, se lo lleva. Ese es el que me hace aprender, aporrearme bien fuerte para madurar. El que me aplasta. El que viene fugazmente, me destruye, dejándome sin aliento.

Negro. ¿Quién si no él, mi gran maestro en la vida?


Ana Díaz.
Domingo, 4 de Noviembre de 2012.

Cierto.


No es tiempo de pensar, quedarse paralizada delante de un libro, creandote mil preguntas estúpidas '¿para qué me hacen estudiar esto si no me sirve para nada?', 'no entrará en la vida...', 'vamos a ver, este apígrafe ya lo puso, este tema también, con lo cual, me estudio solo el que queda...', 'son diez temas,...pues me estudio cinco' y un sin fin de teorias de lo que caerá.

No es tiempo de dejar de prestar atención, porque, lo siento, es hora de plantarle cara al libro, sacar ese feeling, conquistarlo, entrarle de cualquier modo, porque si algo es difícil habrá que buscar un modo para legar a él.

Fácil, sencillo y adsequible, al alcace de todos, sacar, peleando, con uñas y dientes, lo que sea necesario, ser más fuertes que unos simples papeles u hojas de imprenta, así como libros forrados, y llegar a ese estado de bienestar, rozar el triunfo y decir: llegué, lo conseguí, mi sueño, mi meta, mi reto, está conseguido, alcanzado, logrado.

Fácil, sencillo, porque es tiempo de pelear contra todo y ser lo que debemos ser, lo que queremos ser.

Ana Díaz.
Jueves, 19 de Enero de 1012.

Sencillo.


Un abrazo en el momento oportuno, una simple palabra en el instante exacto o una sonrisa tranquilizante, puede que sea la solución de muchos problemas, lo que te deja calmado, teniendo la certeza de que a pesar de todo, no estás solo.

Porque, no existe soledad mientras haya personas en el mundo.

Ana Díaz.
Domingo, 22 de Enero de 2012.

Ella. Amplia e inmensa.


La vida. Típica palabra que no comprendemos a pesar de que estemos hartos de escucharla y que tiene un gran repertorio de significados.

La que nos da la felicidad y sabe cómo arrebatarla. La que te regala el sufrimiento y te acribilla, abofetea sin saber un por qué. Te premia con grandes momentos o te hunde con atrocidades que te hacen caer y ver el suelo para hacerte aprender. Una madre que te instruye y te prepara. La que te abre los ojos de cualquier forma y te hace ser consciente de que estás en ella, de paso, para que camines y sepas que eres un aventurero a quien le han regalado la mejor de las sendas. Sendas que nunca serán recorridas en soledad, porque si algo bueno te da, si algo bueno te pone, si algo bueno va reflejado en todas y cada una de sus acepciones, y si algo es lo que lleva a ese aventurero a continuar y no dejarla a medio trayecto, limitándose a permanecer al margen, son los amigos, compañeros de una experiencia inolvidable, de algo que jamás será vivido nuevamente: la vida.

Así se llama, vida. Algo que hay que sentir, afrontar, disfrutar y por supuesto, valorar de la mejor manera. Escarmentando día a día y siendo reales con cada compañero, porque todos estamos en ella, siendo meros aprendices.

'Caminante no hay camino. Se hace camino al andar'.
Ana Díaz.
Martes, 27 de Marzo de 2012.