Seguidores

sábado, 2 de octubre de 2010

UN ENIGMA SIN RESOLVER.


Un día alguien me contó que la vida está llena de problemas que se van interponiendo sin que nadie les llame.


Al principio me resultó emocionante. Me sentí fuerte, pues sería como un juego, el cual consistiría pasar obstáculos con un fin: luchar por lo que se quiere.

Fueron pasando los días y lo divertido, se volvió muy complicado y deprimente.

Cada libro de matemáticas contiene la solución de cada problema, todos se resuelven con una fórmula, todos siguen el mismo guión. El libro viene resuelto.

En cambio, en la vida real, no hay libro de instrucciones. No te explican cómo llegar a la solución de ese enigma de la vida: los problemas.

Por tanto, volví a buscar a ese señor, para reclamarle los pasos para pasar ese juego, saturado de obstáculos. Necesitaba resolverlo todo.

El señor, no aparecía, no estaba, era imposible encontrarlo.

¿Quién sería?

Era Dios. Él no siguió unas instrucciones para crearnos. Él nos creó a su manera.
En ese momento entendí todo.

La vida es para llevarla como cada uno quiere, sin que nadie te ordene nada. Por ello, los problemas son totalmente distintos entre ellos, no hay ninguno igual, pues se presentan según el modo de vida de cada ser. No tienen respuesta. Cada quien debe hallar la solución a cada cosa que se interponga. No es fácil, lo sé, pero de ese modo, creceremos como personas. Nos fortalecemos en espíritu, esperanza, valor y fuerza.

Porque esto nos hace llegar a la meta, siendo un ganador, porque se alcanzará siendo invencibles para poder vivir otra vida, esa vida que es, para siempre.





Ana Díaz
Viernes, 2 de Octubre de 2010.

No hay comentarios :

Publicar un comentario