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sábado, 8 de mayo de 2010

Días.

Hoy me siento para escribir y contar mi día. Un día normal en mi vida como otro cualquiera es levantarme a las siete de la mañana para coger un autobús e irme al instituto, tras una hora y media de autobús, llego a mi instituto a las nueve de la mañana, doy clase y como allí, por la tarde vuelvo a tener clase, y salgo a las cinco y veinte, cojo el autobús y me voy a casa, al llegar me quito el uniforme y me pongo la ropa de futbol, me voy al centro de deportes y hago un rato atletismo por libre, luego me voy a entrenar a fútbol, ya que tengo mi equipo de fútbol femenino, y llego a casa sobre las nueve y media, me pongo a cenar, me ducho y sobre las diez o un poco más tarde me pongo a hacer los deberes y estudiar, y después del día tan cansado, caigo rendida y muerta en la cama, en un sueño tan profundo que no me despierta nadie.

Hay quien dice que es imposible llevar los estudios, pero ahí estoy, no falto a ningún deporte, hago danza y fútbol, y nunca he suspendido nada, escribo esto, porque hoy día la gente de estresa por nada, todo es posible llevarlo, pero es necesario llevar una organización, esto no quiere decir que yo sea más lista que nadie, pero prestando atención en clase, se hace más leve todo.

A mí me anima saber que hay gente peor que yo, que seguro que va más estresada que yo, como los padres con el trabajo, para estudiar tan sólo hay que pararse a pensar y ver a niños trabajar porque no pueden estudiar y tienen que llevar dinero a casa, o en mi caso, mis padres que trabajan para poder pagarme mis estudios, ya que mi instituto es privado, y no es nada de barato, cuando no tengo ganas de estudiar, tan sólo miro la cara de mi padre al llegar y sé que él viene más cansado que nadie y sin embargo, siempre viene con una sonrisa para que creamos que todo está bien y que no hay problemas, eso hace que te entre alguna gana por el estudio, ya que es mi única obligación. Porque mientras yo estudio, en un lugar cálido, sin frío y todo bien, sé que mi padre está ganándose la vida en la calle, sin ningún tipo de abrigo, porque ningún trabajo es fácil.

Mi padre trabaja exclusivamente para pagarme mis estudios, porque a su edad no necesita mucho para vivir, pero ahí está.

Quiero agradecerles todo su esfuerzo y trabajo por haberme dado esta vida, para mí, mi familia y mis padres, son especiales y únicos.

Gracias.







Ana Díaz
1 de Abril de 2010

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