Mal Nacidas.

De dos madres, salieron dos niñas, de dos niñas, salieron dos amigas, y de dos amigas, salió la amistad.

Laura, es una niña alocada, según Ana es: tonta, odiable, antipática, estúpida y un sin fin de adjetivos… aunque en el fondo sabe que es, un poco, bueno, vale , bastante querida, le cuesta decirlo.

Bueno sigo contando la historia, Laura es así, pero, ¿y Ana?. Ana se describe así: Guapa, alocada, lista, querida, simpática y un sin fin de adjetivos buenos, bueno vale, se ha pasado un poco, pero es por llevar la contraria a cómo es Laura.

Una vez descritas las dos, vamos a hacer un recordatorio desde que empezaron juntas.

Ellas vivían muy cerca, iban a clase juntas y por supuesto, las dos se incordiaban mutuamente, según ellas, están hechas para hacer la vida imposible la una a la otra.

No sé yo, pero en parte llevan razón, veréis…

Continúo, iban juntas al colegio y esas cosas, en los últimos años de colegio, iban en bicicleta o andando, pero siempre juntas.

Hasta que pasaron al instituto, y Ana se cambió a otro, pero da igual, siempre estaba Laura para incordiarla, porque iban a fútbol juntas.

En fútbol, han ocurrido muchas cosas, gente que se va, gente que viene, pero ellas siguen allí, ha habido momentos de risas, de llanto, pero da igual, porque ellas aún siguen allí, también a habido momentos de alegría, pero da igual ellas siguen allí, yo creo que estarán hartas de ellas, porque… ¡No se van! Pero da igual, ya os digo que su misión en la tierra es incordiar, y eso hacen, aunque no les guste, ellas siguen.

Pues bien, Ana como siempre, tiene el papel de patosa, vale, lo explico, tiene el papel de patosa porque se resbala corriendo con el agua que hay en el campo, claro, pobre niña que va a hacer si no han fregado el suelo, pero nada las del equipo se ríen igual, y eso no vale. Bueno, continuando con las patoserías de Ana en el equipo claro, hay otra que es resbalarse y caer de espaldas delante de todo el mundo, o que el deportivo se le caiga corriendo en un partido con la gente mirando, y que paren el partido para que ella se ponga el deportivo, claro que sí, como debe de ser, pero no se puede olvidar aquella que fue la que más risa a dado, que es pelearse por un balón y enredarse con la red y caerse al suelo, muy bien Ana, esa eres tú, y ya no quiero recordar más patoserías porque la que está escribiendo es Ana, ya os habéis reído bastante de mí.

Ahora vamos con Laura. Laura en fútbol, no tiene muchas, pero en la vida cotidiana con Ana, sí que las tiene, sí, recordémoslas. Voy a empezar a recordar, bueno vale, ya sé por dónde empezar, sí, fue aquel día en casa de Ana, ella estaba viendo un cartel, pues bien, Ana apaga la luz, y le dice ‘’Laura, vámonos’’ pero claro Laura, como si no se conociera ya mi habitación de tantos años, se tropieza con la pata de la cama y se cae, bien Laura, bien. Otra fue aquella vez que íbamos a salir, se prepara, limpia la casa y todo lo demás, se dispone a salir, y no tiene la llave, estaba encerrada en la casa, si es que lo tuyo es peor que lo de Ana, mujer, ya te lo dice ella.

Y finalmente, vamos a dejar las patoserías de ellas porque no acabaría nunca.

Ahora toca tratar al tema de las tonterías, en tonterías y risas, se llevan el premio, sin duda, empecemos por algún lado, y yo creo que el mejor lado es decir que se ríen hasta de su propia sombra, sí, sí, pero en realidad, se pasan la vida riéndose la una de la otra, claro todo viene por lo mismo, las meteduras de pata, que son incontables.

En fin, creo que voy a dar por terminada la historia, porque esto termina en algo, una gran amistad, que no se sabe si tendrá fin o no, porque Ana no va a soportar a Laura mucho tiempo, eso dice, pero sabemos todos que en el fondo, sí, muy en el fondo de ese fondo las dos se quieren, bueno se quieren no, pero algo de cariño siempre hay, o eso dicen.

Y ya termino diciendo que una amistad, se lleva con mucha paciencia, porque siempre se cometen errores, pero hay cosas que están por encima de todo y esas cosas son, que esa amiga no es de usar y tirar, esa amiga va a estar incordiándote toda tu vida, sí, como Laura. Pero aunque te incordie, te ayuda cuando lo necesitas, bueno en realidad no te ayuda, se ríe de ti, pero bueno, es la confianza, que da mucho asco.

Ahí nos tienes, odiándonos cada vez más, pero sin poder separarnos.

Ana Díaz

9 de Abril de 2010