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jueves, 12 de noviembre de 2015

Autorretrato.

                                                                                         A veces siento que soy rara.


Un ser extraño que camina por el mundo ajeno a todo lo demás. Soy una persona que tiene sus complejos como todo ser humano. Me encantan las películas Disney, Pixar, Dreamworks Studios, entre otras. Soy una friki de Mickey Mouse, me compro todo lo que se interpone por mi camino si sale él. Tengo todos los packs de películas de dibujos animados. Odio las compras, me desesperan porque odio mi cuerpo. Detesto salir de fiesta, estar de pie plantón observando como unos se restriegan con otros, presenciando como el mundo se pasa de rosca y se desfasan sin ser conscientes de lo que ellos mismos hacen. No soporto los tacones porque me duelen los pies, y mi teoría es muy sencilla: quien me quiera, me querrá yendo plana, sin maquillar y con mi propio estilo. Soy muy nerviosa. Tengo miedo a hablar en público delante de muchas personas, me lío, hablo rápido y nadie entiende lo que digo. No digo tacos, prefiero cambiarlos por otras palabras aunque parezca una niña pequeña.

 Estudio Bellas Artes, pero no pinto cuadros, disfruto llenando de color cualquier tipo de textil. Me encantaría levantarme una mañana y no tener que ponerme unas gafas. Me pierdo en mi propio pueblo, no tengo orientación. Tengo la extraña manía de llamar a la gente por el nombre o apodo que más rabia les da. Soy esa persona que cuando te ve, no da dos besos, si no un abrazo o quizá ni tan solo eso. Adoro el deporte aunque odio andar para nada. Soy esa persona que nunca se valora y siempre está por debajo del resto, pero soy feliz cuando el mundo sonríe. Me encanta dibujar sonrisas y tender la mano a todo aquel que necesita ayuda. No soy una persona fácil pero sí muy sencilla. No me gustan los regalos caros, me hacen feliz las cosas cutres pero hechas con mucho cariño. Odio las despedidas pero nunca olvido a aquellos a los que de verdad quiero y extraño. Cuando me agobio me vuelvo hiperactiva y lo único que me calma es un papel y un bolígrafo. Soy demasiado sincera. A veces digo las cosas sin pensar. No soy capaz de estudiar si no es el día de antes o unas horas antes del examen.

 Soy torpe, muy torpe. Cuando me caigo me cuesta levantarme, pero siempre lo consigo. Lucho hasta conseguir todo aquello que me propongo. Me encanta debatir lo que no es como considero. Soy muy inocente y caigo en todas las bromas que me gastan. Soy un desastre, el desorden en persona en mi espacio vital, mis cuatro paredes, mi habitación. Tengo sueños como todas las personas del planeta tierra, y si me toca la lotería quiero una casa estupendísima, un mini en la puerta, y por supuesto, cerca de Disneyland. Vivo la tradición porque me hace feliz querer casarme y formar una familia con la persona que más quiera en el mundo. También soy de esas que piensan que existe un príncipe azul imperfecto para mí. Odio las cosas absurdas y a esas personas que se quejan de vicio. Cuando me aburro, yo también me tumbo en el sofá y hago zapping. Me gusta cocinar aunque la comida de mamá y de la abuela es siempre la mejor del mundo mundial. Soy amiga de mis amigos. No bebo alcohol, no fumo y defiendo lo que pienso hasta el infinito. No soporto la falsedad, la injusticia y la mala educación. No me gusta que me vean llorar. Odio ir a la playa si me tengo que bañar. Soy una ‘miedica’, vivo cargada de miedos, de esas personas que cuando ve una película de miedo, no duerme en un mes mínimo. No soporto la soledad y me da miedo la oscuridad. Duermo abrazada a mi almohada porque me siento más protegida y también soy de ese tipo de persona que se tapa aunque se muera de calor, porque tiene miedo, y también creo que la sábana me protege de los ladrones. Mi lema es ‘la peor pesadilla del problema, se llama sonrisa’. Odio las bromas pesadas y brutas. Soy fan número uno de los colores fosforitos. Soy una gorda sebosa comiendo. Me visto como me da la gana, si coinciden los colores genial, y si no, pues también genial. No me gusta peinarme, el cepillo es de adorno en el baño.

 Vivo cargada de complejos sobre mí, pero cuando me paro a pensar realmente, por suerte, tengo un alrededor que de vez en cuando me recuerda que soy especial. Y entonces, vuelvo a sonreír porque si tú sonríes, siempre habrá alguien que lo haga y no hay nada más grande que dibujar sonrisas a todo aquel que se presente delante de ti.

 Y sí, este ser extraño y peculiar, soy yo.

Ana Díaz.
Inicio: 1 Diciembre 2014.
Fin: 12 Noviembre 2015.

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