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miércoles, 25 de noviembre de 2015

Maldito mundo de locos.



  El mundo está lleno de gente insensata que tan sólo piensa en qué es lo mejor para su cuerpo. El interior no importa mientras haya un cuerpo que te hace disfrutar. Vivimos en una sociedad donde todo se basa en quién es más guapo para llevarse a la cama a más tías. Hablamos de machismo, pero las mujeres hacen exactamente lo mismo, hacen uso de ellos como si de un pañuelo de usar y tirar se tratase. Cuando necesitas sentirte querida y dejas esa vida deslocada, te das cuenta de que no hay marcha atrás y que ahora todos te miran por lo que has sido, una persona que no se quería.



Hoy quedamos para comer con el conjunto de braguitas puesto, preparada para el postre. Hoy somos dos animales desenfrenados dejándose llevar por el instinto humano. Hoy nada nos diferencia de los animales, antes la cadena decía que el ser humano es racional y eso es lo que le diferencia de los demás seres vivos, que nace, crece y se reproduce pero si la razón no existe, crecemos pero no queremos ni tan siquiera reproducirnos, porque somos cobardes. Valientes para tumbarnos en una cama y hacer locuras, pero ruines para frenar la vida. 

Hoy salimos para disfrutar y tener placer pero cuando buscamos algo serio, no queremos nada que tenga que ver con esa locura, queremos alguien limpio y que no haya sido tocado por nadie. Hoy no existe la dignidad. Hoy da igual que alguien te vea como nuestra madre nos trajo al mundo. Nada tiene importancia y cada rincón de nuestro cuerpo es palpable, no existe nada que nos haga ser únicos y diferentes. Nadie se asusta por nada y si no hay sexo, no hay relación. Si te planteas una relación basada en el cariño y el respeto, sin nada más, ¿qué nos queda? Entonces te das cuenta de que el amor no existe hoy día si no hay sexo. El sexo es amor y sexo es lo que se tiene con todo el mundo sin ningún tipo de pudor.

¿Dónde queda todo? ¿Dónde queda aquel mirarse a los ojos, agarrarse fuerte de la mano, mirarle mientras duerme, acariciarle hasta que se descansa, besos sin calentones…? ¿Dónde queda el amar? ¿Dónde queda tomar un café mirándose a los ojos y una cena con un jersey de cuello vuelto? ¿Dónde queda el vestir para que te miren a la cara? ¿Dónde queda el querer ser una mujer y hombre como se debe? ¿Dónde queda la dignidad como mujer y como hombre? Todo da igual y se rebaja a sentir placer, un placer que al fin y al cabo es, sentirnos queridos, tener cariño. Un cariño falso. El sexo, señores, es aquello que hace que salga todo el amor que se siente en una pareja, porque si damos todo a todos, hasta a un cualquiera, ¿qué le podemos dar a alguien que queremos? PURO PLACER.

Cuando hablamos de hacer el amor como tal, tenemos una reacción en contra de la religión. Pero nadie se ha planteado que quizá todos deberíamos pararnos a pensar qué es mejor para uno mismo, en vez de excusarnos para seguir nuestra vida y salir por las discotecas a cazar hembras en celo y machos desatados. 



Ana Díaz.
Martes, 10 de Noviembre de 2015.

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