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miércoles, 18 de noviembre de 2015

END.


Cuando estás ciega eres terca, tozuda y sin querer ver la realidad que se muestra ante ti.

Cuando escuchabas un te quiero de su boca, el mundo se levantaba de repente y con eso bastaba. Cuando notabas sus labios en tu mejilla, sentías su cariño y sus ganas infinitas de protegerte. Cuando agarraba tu mano, tenías la certeza de que no la soltaría nunca. Cuando decía te amo, se te nublaba toda realidad...

Cuando dijo fin, todo cayó en picado, aquel mundo, en el que solamente tú eras la mujer de su vida, dejó de girar y miles de preguntas te llegaban de repente. Pero solamente las tuyas tenían respuesta, porque tu lucha no había acabado, tu esperanza continuaba y la toalla seguía colgada mientras todas sus herramientas y utensilios de guerra estaban tirados por el suelo, desordenados y sin sentido y fue entonces, justo ahí, cuando comenzaste a ver de nuevo, la vista volvió a su lugar y la realidad se postró ante ti.

Porque sí, luchar es solamente algo que quedó para los valientes. 

La seguridad y la mente clara, es tan solo cosa de unos pocos privilegiados.

Ana Díaz.
Miércoles, 18 de Noviembre de 2015.

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